
Pasaba brevemente por el blog del conocido biólogo P.Z. Myers, cuando encontré un pequeño vaso de agua en el cuál pretenden echar con las manos y pies amarrados a todos los creacionistas para que se ahoguen. El asunto es que Myers al parecer se sintió ofendido cuando el neurocirujano Michael Egnor hizo unos comentarios dirigidos a un “notorio ateo”…
Acto seguido y como era de esperarse, Myers se defiende “diplomáticamente”, deduciendo que el gran nivel al cuál ha llegado la ciencia será el eventual responsable de la caída del andamiaje religioso, dejando a la ciencia el lugar principal en la mesa y relegando la religión a un segundo plano.
Al parecer Egnor tampoco se quedo callado y ripostó con un argumento un poco fuera de lo común y diría yo, apresurado, sabiendo que individuos como Myers y compañía intentarán desacreditar cualquier intento de poner a la religión por encima de la ciencia.
Con una respuesta supuestamente diplomática y una anécdota que puede ser interpretada a gusto, Myers se defiende con uñas y dientes ante las “ridículas acusaciones” de Egnor. El cuento es que según ellos, la mayoría de los religiosos están disgustados con los educadores de las aulas de clase ya que se van erosionando poco a poco las creencias religiosas al ir entrando en contacto cada vez más con los postulados científicos.
Myers explica que los educadores no hacen esto sino todo lo contrario. En la anécdota nos relata que se hallaba platicando en cierta ocasión con un creacionista empedernido, el cuál entre otras cosas, culpaba a Myers de adoctrinar a sus estudiantes con ateísmo. Este creacionista se quejaba de que las personas y familias que creen lo mismo que el, temen enviar a sus hijos a la universidad por temor a que regresen cambiados y renegando de la fe en la cual han sido enseñados desde su niñez. El en lo personal pensaba lo mismo, que las aulas de clase eran lugares en donde se suprimía activamente la religión.
El biólogo riposta diciendo que él nunca critica la religión en el salón de clases ni tampoco promueve las creencias ateístas. Acto seguido, relata el susodicho cuentito de que lo que ellos hacen es similar a el hecho de que los padres hayan enseñado a sus hijos que el cielo es color verde y sin embargo, al éstos llegar al aula de clases el maestro no les dice que están mal, simplemente les dice que miren hacia arriba.
Sabemos que la ciencia gusta de utilizar postulados y cuestionamientos para comprobar sus hallazgos, los cuáles no confligen con la religión. ¡Cómo es posible! Pues así como lo oyen. Lo que pasa es que la mayoría de estas personas que acusan a los religiosos creen que somos una especie atrasada y en algunos casos, que debería ser eliminada. Lamentablemente muchos de ellos no comprenden que así como hay un sinnúmero de colores en el diminuto espectro de luz visible con sus respectivos largos de onda y frecuencias, del mismo modo hay un sinnúmero de creencias religiosas, entre ellas el panteísmo, el teísmo, el ateísmo el agnosticismo, etc… ¡Este está loco!, volverán a decir algunos amigos que conocemos, tal o cual cosa jamás ni nunca eso será una religión. Con gusto los invito a buscar en el Diccionario de la Real Academia Española si gustan por si aún tienen dudas y sienten que se tambalean sus conciencias. En caso contrario, continuemos…
Les costará creerlo pero la mayoría de los postulados científicos tienen base bíblica y exceptuando los pocos científicos que se han declarado en contra de los postulados religiosos desde el siglo antepasado hasta hoy, la mayoría de los científicos históricamente han sido creyentes. Es cierto que la mayoría eran católicos, pero sabemos que era por razones obvias, ya que muchos de ellos eran creyentes pero no estaban de acuerdo con muchos de los postulados de la iglesia popular, entre ellos el re-inventor del telescopio, el ilustre Galileo Galilei, de quién hablaré en una siguiente oportunidad. Así las cosas, es una pena que algunos generalicen respecto a creencias ajenas, ya que si nosotros lo hiciéramos serían ellos los primeros en ponerse rojos desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Luego de este "corto" paréntesis, y para concluir con este asuntito que ya me ha tomado más líneas que las que pensaba dedicarle, tenemos que aceptar primero que la religión y la ciencia son complementarias y necesarias la una a la otra. No es en ningún sentido cierto que la ciencia nos abre los ojos y nos abre paso a través de la caverna platónica, quitando las nieblas que cubren nuestro sendero. En todo caso, es la convergencia y conexión entre ambas la que es necesaria para salir a la luz y descubrir las formas que antes nos parecían ocultas, sea cual sea la posición en la que nos encontremos apreciados lectores.
Un hecho es obvio aún para aquellos más arduos defensores de lo indefendible. La ciencia no explica las cosas, simplemente hace lo mejor que puede por describirlas, cosa para la cuál es necesaria más que una simple fe ciega, la cual poseen "desgraciadamente" algunos solamente,¿serán religiosos? …
Continuaremos…
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